jueves, 10 de abril de 2008

New York, New York...


Ya estamos de vuelta en la bella madre patria. Lo primero que tengo que hacer es disculparme por haber tenido esto tan abandonado desde hace tantíiiiiiiisimo tiempo. A decir verdad, no tengo tiempo ni para rascarme la cabeza: máster, trabajo, preparar glosarios, estudiar glosarios... qué desesperación. En definitiva, que cuando llegan las 11.30 de la noche lo único que tengo ganas de hacer es botarme en el sillón y nada más. Espero poder organizarme mejor a partir de ahora y dedicarle un poquillo más de tiempo a mi vida, que de vez en cuando no viene mal.

Bueno, como saben, mi gitana y yo hemos estado de vacaciones en NY, o sea, Nueva York, o sea. Es inevitable hablar de la Gran Manzana sin quedar envueltos por ese halo de superdivinismo que te dan las grandes ciudades -eso sí, ninguno comparable con el aire hiper-glamouroso que se respira en NY, o sea, super o sea.

En tres palabras, el viaje a NY fue SUPER IN-CREÍBLE. Las cosas son tal y como aparecen en las pelis: el humito que sale de la calle, los grupitos de negras hipergordas paseándose por la calle, los taxistas pakistaníes... y mil cosas más que te hacen darte cuenta de que en el mundo hay mucha más gente rara de la que uno puede llegar a imaginar. Y lo mejor de todo: el dolar está por los suelos y eso hace que todo sea super baratoooooooooo! Así que si tienen pensado darse un viaje por ahí en estos meses, EE UU es el destino dorado para las compras. Si se animan aquí tienen guías y direcciones de sitios que merecen la pena.

Si tengo que destacar un momentazo del viaje sería, sin duda, el día que fuimos a un local de jazz donde solo había dos o tres blancos (entre ellos nosotros mismos). Era impresionante cómo se levantaban de su asiento las negras XXL y se ponían a bailar en medio de la cena. Y cómo de repente cogían la servilleta y se ponían a hacer el helicóptero por encima de la cabeza a modo de aplauso. Y esos cuellos que mueven esas cabezas (XXL también) de manera totalmente independiente del resto del cuerpo. En fin, hay que ir.

Bueno gente, les voy dejando que tengo que volver a la faena. Espero saber pronto de ustedes y de sus peripecias en la semana santa.

Cuídense mucho.
Un abrazote.